Taza de té

Había una vez un poderoso mandarín que tenia una hermosa hija llamada Hong Shee. Había también un muchacho llamado Chang Hong Shee, que era un secretario del padre de Hong Shee, un rico mandarín. Este muchacho Chang la amaba a la bella Hong shee. Un día, ella se da cuenta que también lo ama y se enamoran perdidamente.
Cuando se entera el padre de Hong Shee, de esta relación, que no le parece bien en absoluto, decide construir una cerca en los jardines de la enorme casa rodeada de arboles junto al río, para mantenerlos alejados.
Luego promete la mano de su hija a un rico virrey (Ta-Gin). Quedando fijada la boda para la próxima primavera cuando florecieran los durazneros.
Desde su cuarto, Hong shee, desesperada, con mucho temor ve aparecer los primeros brotes del duraznero. Y un día ve venir flotando por el rio, una carta de Chang, así continúan escribiéndose a escondidas, después de muchos mensajes que iban y venían, deciden escaparse con la ayuda de una fiel sirvienta.
Cuando ella escapa, Chang la espera y se van corriendo hacia el puente, donde les esperaba un pequeño bote, mientras su padre y sus hombres los seguían de cerca. Ellos logran eludirle, llegando hasta el pequeño bote y navegan juntos por el río.
Los amantes llegan a la isla, que se ve en el plato, a la izquierda y allí viven felices hasta que el rico Virrey (Ta-Gin) pretendiente de Hong Shee, descubre donde se encuentran, llega hasta la isla y hiere de muerte a Chang. Hong Shee viendo muerto a su amado, desesperada, prende fuego a la casa y muere horriblemente envuelta en llamas. Los dioses misericordiosos, conceden a estos dos amantes, inmortalizar su amor, y los convierten en dos pajaritos.