La imagen captura el retrato del General Bernardo O'Higgins no sólo desde el propio gusto estético del artista sino incorporando también la voluntad del retratado, pues es sabido que "Todos los próceres de aquellos años - escribe Luís Álvarez Urquieta- posaron ante el caballete del artista, quien reprodujo fielmente las fisonomías fidedignas de nuestros héroes de la Emancipación Sudamericana" (ROMERA, Antonio: Historia de la pintura chilena. Santiago, Editorial del Pacífico, 1951). Asimismo Pereira Salas enfatiza que "Trabaja con cariño la iconografía del Director Supremo, su amigo don Bernardo O'Higgins, que comparte sus inquietudes estéticas. Debieron ser muchos los croquis y ensayos y pocas las obras maduras, las que compila Eugenio Orrego Vicuña en su Iconografía del héroe. Está O'Higgins en la madurez cronológica y psicológica de sus cuarenta y dos años. Ya ha cumplido su tarea de libertaria y empieza su labor constructiva". (PEREIRA SALAS, Eugenio. Estudios sobre la historia del arte en Chile Republicano. Santiago, Ediciones de la universidad de Chile, 1992). Por otro lado, la imagen nos permite visualizar el primer escudo de Chile, donde como figura principal se encuentra un indígena guerrero cargando sobre su cabeza un obelisco de la libertad, además de ello el joven se encuentra sobre un caimán atacando a un león, en alegoría al triunfo de la Independencia de España.