La obra autorretrato de Juana Lecaros es portada del texto que la artista publicara como cartas -recomendaciones- a las futuras generaciones de mujeres artistas o a aquellas adolescentes que sintieran alguna vocación artística. En "Cartas a una pintora" Juana Lecaros vuelca recomendaciones, críticas y emociones que trascienden a lo artístico, hablando de religión, la familia, la maternidad, la literatura, la sociedad, entre muchas otros temas. Principalmente hace evidente la producción pictórica como un acto racional y profesional de las mujeres, incentivándolas a ejercer con empoderamiento su trabajo, la artista dice: “Atrévase a ser la que es, rompa con todo aquello que pueda quitarle su propia personalidad, hágalo reposada pero firmemente”.
Por otro lado, un comentario realizado por Fernando de la Lastra señala respecto de la artista; “Recordemos que es un ángel blanco, imponente, de grandes alas que conoce todos los rincones y secretos del firmamento y como buen habitante de esas zonas celestiales, nos regaló una fotografía del alma de Juanita, que es el nombre de su creadora” (Fernando de la Lastra, Juanita Lecaros, 1989). La misma artista reconoce en su publicación haber sido denominada como "un pajarito" quitando peso crítico a su producción artística, su trabajo fue asimilado a proceso volátiles y etéreos -de ángeles o pajaritos-, pero sin una estructura de obra o de artistas, producción asociada, principalmente, a lo masculino.