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Figurilla

Número de Registro: 13-1054
Objeto: Figurilla
Institución: Museo de Arte y Artesanía de Linares
Fecha: ca. 1980

Ficha de registro

Identificación

Institución
Museo de Arte y Artesanía de Linares
Número de registro
13-1054
Nº de inventario
300-3138
Clasificación
Arte - Artes Populares y Artesanía
Colección
Cerámica
Alto 13.7 cm - Ancho 10.6 cm - Profundidad 10 cm
Descripción
Figura de cerámica policromada brillante correspondiente a un árbol pequeño. Tronco cilíndrico con cuatro apéndices a modo de base. Variadas hojas y once bolitas de color rojo, sujetas mediante alambre a ocho ramas que nacen del tronco.
Estado de conservación
Bueno
Iconografía
Representación de un árbol de manzanas. En un plano general el árbol siempre simboliza la vida y está relacionado con el ciclo de las estaciones del año y de la existencia . Florece, da su fruto pierde sus hojas, muere y renace. El árbol es el único ser vivo que participa de los tres mundo, el subterráneo por medio de sus raíces , el mundo terrestre mediante su tronco que los hombres pueden tocar y el mundo celestial por sus ramas y su copa.

Contexto

Centro artesanal
Área geográfica
Chile
Fecha de creación
ca. 1980
Historia de propiedad y uso
Colección acopiada por el profesor Carlos González Vargas.
Historia del objeto
Carlos González comenta que con la cerámica de Talagante “Nos remontamos hacia principios de 1900. Las monjas Clarisas hacían figuras que mandaban a vender en las navidades a la feria que se hacía en la Alameda. De pronto recibieron una orden perentoria de que no podían tener sirvientes viviendo en el convento. Eso significó la gente que trabajaba con ellas se dispersó. Algunos se fueron a Melipilla, otros a Talagante. Sine embargo estos trabajadores del convento se llevan consigo una tradición aprendida con las monjitas. Las monjas Claras, perfumaban las gredas y las figuras dependían una aroma a rosas exquisito. Se mantuvo el elemento figurativo, el pequeño formato, el colorido... pero perdieron el perfume.” La tradición alfarera en Talagante “es una tradición familiar, más particular que colectiva. En los años 50, conocí a la Señora Luisa Jorquera y a sus hijas, Olga Díaz y María Luisa Díaz Jorquera, que son las continuadoras del oficio familiar que se ha desarrollado por más de cinco generaciones”. Me llamó la atención la policromía. En cuanto pude comencé a comprar y me regalaron también piezas”. En cuanto a las innovaciones, agrega: “Los colores de la cerámica de las monjas se lograban con tierra de color, en Talagante se comienza a usar pintura de fábrica, esmalte, para que durara más y adquiriera brillo, es lo que gusta y lo que la gente compra. La cerámica de Talagante tiene un sentido comercial, es decorativo no utilitario. Es una zona del folclore, de tradición, de la cocina de campo, de la empanada, de la chicha…son representaciones de la tradición de lo chileno inspiradas en su entorno”.

Gestión

Adquisición
Forma de ingreso
Donación
Procedencia
Carlos González Vargas
Fecha de ingreso
2013-04-03
Registradores
Lorena Cordero Valdés , 2014-01-08